1º Comparabilidad de los conceptos y las prácticas:
Arango y Urrea distinguen la ¨cultura empresarial¨ definida como los valores y prácticas culturales de las elites empresariales y sus cuadros de dirección, con todas sus implicaciones sobre los procesos de trabajo y las formas de gestión y control de la población trabajadora, de la ¨cultura organizacional¨ que definen como las formas organizativas de los procesos de trabajo y de los elementos constitutivos de la gestión empresarial pero con un énfasis en la unidad y homogeneidad de las prácticas y comportamientos de todos los miembros de una organización, independientemente de su nivel jerárquico. De allí derivan una consecuencia lógica haciendo la cultura organizacional un subconjunto de la cultura empresarial connotando un discurso gerencial promoviendo practicas voluntaristas de los dirigentes.
Los capítulos escritos por estos autores ¨culturas empresariales en Colombia¨ “Innovación y cultura de las organizaciones en el Valle del Cauca¨ e ¨innovación y cultura de las organizaciones en la región Andina¨ se centran en la caracterización de las relaciones entre la cultura empresarial y las innovaciones tecnológicas, con algunas referencias al significado de la cultura regional.
En síntesis cuantas posibles visiones de la cultura empresarial local existen? Según una reseña “el ethos de las elites económicas, tecnológicas y culturales en las regiones es el medio para identificar y caracterizar no solo una sino varias culturas empresariales colombianas”.
3º Parada Corrales defiende también la hipótesis de la especificidad de la cultura caribeña (el complejo litoral) de fuerte mestizaje, pero con el mosaico de influencias hispano-católicas, anglo puritanas, y ¨turco¨-islámica que se traducirán en practicas y visiones de empresa radicalmente diferenciadas y que mediadas por los empresarios inmigrantes daría lugar a actitudes y prácticas de negocios distintas a las de las demás regiones.
Sin embargo la conclusión respecto la adaptación de la cultura regional a los desafíos de la nueva configuración productiva es pesimista acusando que apenas a finales de los años 90`s se inició ´un proceso de transición hacia la innovación empresarial en Barranquilla pero débil y necesitado de reforzarse.”
No es eso bastante tardío? Cómo justificar teóricamente un arranque del empresariado moderno de una región, cuando se asiste a la erosión del modelo de sociedad industrial que podría haber servido de telón de fondo a una elite regional modernizante. El ensayo no lo resuelve, ni tampoco aparece en el catálogo de perspectivas de investigación que sugiere Carlos Dávila a partir de los estudios reconocidos en su “estado del arte”. Pero no deja de ser valido interrogarse sobre la estructura valorativa que daría al empresariado innovador capacidad de extender un proceso de acumulación y a partir de allí proyectar la consolidación política.
4º La imposibilidad de entender la cultura empresarial regional como un todo homogéneo habría conducido –según Valero - a aproximaciones al empresariado vallecaucano desde la perspectiva teórica de Bourdieu. En tal perspectiva Urrea y Mejía tratan de acomodarles a aquellos los conceptos de capital cultural, consumo de elite sofisticado y estilo de vida, que habrían reemplazado en la ética regional el modelo weberiano del empresario austero.
Resulta muy forzada la pretensión de juzgar a los “magnates” vallecaucanos con el concepto de “La Distinción” sobre todo en la ausencia de un fundamentación seria de datos esenciales y observaciones reveladoras.
“Los nuevos cuadros inventan (¿?) o importan (de los Estados Unidos) el nuevo modo de dominación, fundado en la manera suave y en un estilo de vida relajado manifiesto en formas de vestir, distancia social, abandono estudiado de la rigidez aristocrática y ventripotente del patrono antiguo, por un estilo de llevar el cuerpo. Mejor si es bronceado, esbelto y relajado en su aspecto y en sus maneras, que se manifiesta en una suerte de relajación en la tensión, y en el gusto por la información económica que se consulta preferentemente en ingles o en traducciones y en las revistas locales de management empresarial” (Cita 2: Pág. 84)
El informe de investigaciones que dio origen al libro consta de 5 capítulos con un notorio desequilibrio a favor del capítulo (informe) correspondiente al Valle del Cauca. Son 118 de las 308 paginas (38,3%) en comparación con el tratamiento otorgado a la cultura empresarial en la región Caribe (8,1%) y a la de la región Andina (20,8%).
El capítulo dedicado al Valle del Cauca se extiende por varias razones: la principal por que la documentación analizada permite reconstruir tres etapas en el proceso de innovación regional: i) surgimiento y consolidación de elites empresariales que a su vez se subdivide en las etapas de mineros comerciantes y terratenientes en el siglo XVIII, a gran hacienda en el XIX y a agroindustria en el XX que es punto de partida de los grandes ingenios. Ii) conformación de empresas providencia en un contexto proteccionista, y finalmente crisis de la empresa providencia, reestructuración industrial y desregulación laboral en un contexto de internacionalización de la economía.
El lector podría preguntarse si ¨la innovación en estrategias gerenciales y tecnológicas se venían presentando en el Valle del Cauca desde la década de los 80´s” entonces... qué explica la escasa capacidad regional de adaptación a las condiciones de la apertura económica?.
En la sección subtitulada “Patrones de reestructuración empresarial en la región en la década del noventa” se proponen algunas hipótesis: destacan la de la profundización de las desigualdades en los sectores empresariales de la región, que daría pie –a juicio de los autores- para hablar de una reindustrialización regional antes que de desindustrialización y/o tercerización de la economía regional. (pág. 153)
En la perspectiva comparativa quien no conociera el país y leyera el libro podría formarse la idea que el Valle del Cauca es la región industrial dinámica y competitiva por excelencia de Colombia. Desde ese punto de vista es injusto el exagerado detalle en la presentación de los estereotipos empresariales regionales: empresas multiproducto, la de alianzas estratégicas y uso de subcontratación, las de tecnología de punta y artesanado calificado, o la transnacional de investigación y desarrollo (págs 169-179), con notas de pié de página de tres cuartos de página, y trascripción de las noticias empresariales tomadas de las páginas web de las empresas, que recargan el trabajo haciendo tediosa su lectura para otros distintos a los autores.
Finalmente se proponen nuevos temas de investigación:
1 Las expresiones, símbolos e imaginarios construidos en la vida de las empresas en torno a la avivatez y ventajismo típicos del colombiano
2 La incidencia de la violencia, corrupción y pobreza en las culturas empresariales
3 Las políticas de personal orientadas a evitar los compromisos con la mano de obra por medio de la temporalidad y la inestabilidad del empleo.
José Ernesto Ramírez (Universidad Externado de Colombia)
Las diez caras de la innovación - Presentador: Tomás Rivas
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